Por fin! El día 11 de Abril, después de un largo y pesado retraso, la Poderosa parte desde Hendaia con el depósito lleno. Pretendo llegar a Galizano, el pueblo donde, tras el último viaje, recuerdo un parking de estos con hierba y tal, bastante agradable, donde pienso será un buen lugar para pasar mi primera noche como nómada. No tengo problemas para llegar a Cantabria por la Autopista, pero llegar a Galizano es otra cosa, y decido hacer un alto en una playa muy cercana llamada Ris.
La verdad, el sitio no me emociona demasiado y salgo al poco rato de llegar, con el camino más o menos memorizado, para llegar poco después a mi destino. Una vez allí, miro las olas y me hago un poco con el sitio.
Es domingo, me doy cuenta de ello por la enorme afluencia de domingueros. Palas de playa, redes de voleibol, gafas de sol, crema, madres gritando a niños… como algo ahí y tardo poco en irme. Esta vez llego a otro lugar conocido, la playa de Langre. Un sitio mucho mejor.
Ahora estoy en medio de nada. Un enorme acantilado me separa de una larga playa en la que hay bastantes olas, incluso hay una furgoneta en la que una pareja se prepara para entrar al agua. No tengo que pensármelo mucho para decidir cambiarme y bajar. La pareja se mete al agua muy lejos de donde yo, ni siquiera puedo verlos en el agua. Las olas me sorprenden; hay algo de viento pero aun así van muy recogidas y son más largas de lo que esperaba. ¡Me gusta este sitio!
Al salir del agua me encuentro con Olivier, un tío que glasea y vende tablas para una tienda llamada KUN-TIQI. Hacen tablas de madera de balsa. Me explicó un poco por encima el rollo y quedamos en que el día siguiente probaría alguna.
Cenar y dormir, no tiene mucho misterio. En la Poderosa se duerme mejor de lo que yo pensaba.
Que te vaya bien capullo, eres el puto amo! que te vaya bien y disfruta cabron, cabezon!
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