El martes me levanto resfriado, con mocos y sin ganas de hacer el tonto. Me dedico a estudiar. Estudio mucho. El libro del PER etá hecho para aburrir al más apasionado, pero tiene frases tan graciosas y extrañas como: “la gaza es una especie de aro formado en un chicote, utilizado en las amarras para encapillarla a un noray del muelle”. ¿queda claro qué es una gaza?
Decido cargar el movil y encenderlo de una vez, que lleva un par de días apagado. Encima tengo que llamar a Ander para comentarle una cosa. Marco el número y cuando voy a llamar me llega un mensaje, y otro, y otro, otro más, y otro… llegan mensages a mi movil durante aproximadamente un minuto, sin interrupción. Son todo llamadas perdidas. Mi madre lidera la lista con más de veinte, mi padre no se queda corto, tiene más de quince, y hay otro número que tiene siete, pero no logro identificarlo. Empiezo a mirar quién puede ser, pero en ese momento llama mi madre, esa era la número 21... No hay nada mejor que unos padres que te quieren… y con lo del día anterior he de admitir que tenían alguna razón para preocuparse.
Sigue lloviendo hasta tarde, y en un solo día me leo “el Alquimista“, de Paulo Coelho. Un libro buenísimo, me alegra muchísimo sentirme tan identificado con el protagonista: yo también sigo mi Leyenda Personal, aunque yo no busco ningún tesoro. Recomiendo a todo el mundo leer el libro. En serio, lleva muy poco tiempo y merece la pena. Ya me contará quien lo lea.
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