domingo, 23 de mayo de 2010

Bonito, todo me parece bonito.



Esta podría ser, y seguramente será la última entrada que hago fuera de casa. Emocionado porque por momento todo sigue bien y apenado por que se acaba, no puedo pensar en otra cosa que no sea en lo buena que ha sido esta experiencia: la furgo marca que he hecho 1250km en este viaje que ha durado algo menos de dos meses, y en el que en general, no me he alejado mucho de casa.

Pero en mi cabeza no existe lo que he hecho, existe lo que he vivido, y desde luego, he vivido mucho más de lo que consigo expresar: he tenido grandes aventuras con la furgo, en las que hhe pensado que la podía perder, he andado kilometros por caminos inexistentes, con el único objetivo de ver “qué habrá detrás de aquel acantilado”. He dormido en lugares en los que la ventana de mi casa daba directamente al mar, donde la casa más cercana era apenas un punto en algún lugar perdido del verde del campo. He surfeado completamente solo en olas que me hacían cantar a grito pelado de la emoción, sabiendo que nadie me oiría, y en definitiva, he vivido de una forma en la que mucha gente no sabe que se puede vivir.

Y eso me ha llenado. Si fuera un buen escritor quizá sabría expresarlo, pero como no lo soy simplemente os recomiendo a todos que lo hagais. No me refiero a hacer lo que yo he hecho, sino a hacer eso que siempre has querido, y que por cualquier motivo, no has hecho. Porque pase lo que pase, nada podrá quitarte la felicidad que eso da, y el sentirte realizado, sabiendo que estas donde quieres estar, haciendo lo que quieres hacer. Ya lo dije alguna vez antes, y es que no podría hacer nada que me llenase más que esto. 

Y seguiré así, o eso espero. Decidiendo lo que quiero hacer, y haciendolo. No hay nada peor que pensar en hacer cosas y no hacerlas. Pero bueno, supongo que las cosas cambian, y el tema que ata a casi todos es el dinero, o el temor al dinero, al “qué será de mi cuando sea mayor“. Yo he tenido la suerte de ser lo suficientemente estúpido para no pensar mucho en ello. Y tengo la sensación de que cuando tenga 40 años, seguiré pensando así. No hay mucha gente que pueda contar a sus hijos que a los diecisiete se fue de casa a estudiar nada menos que a Canarias, y fue lo suficientemente huevón como para decidir que eso no era lo que quería hacer con su vida, y a los dieciocho volvía a no tener futuro, lo que le permitía disfrutar tan intensamente del presente. Y que así sea.

Durante este viaje he pensado mucho en el hombre más feliz del mundo: yo considero que surfeo bien, muy bien, no lo voy a negar (puede que muchos critiquen eso, pero sinceramente, considero que surfeo muy bien desde que empecé a ponerme de pie). Después veo el “Modern Collective” por pura curiosidad y veo a Jordy smith surfeando mil veces mejor de lo que yo lo hago. Asi que pienso en el hombre feliz este: yo me considero muy feliz, pero me imagino cómo de feliz puede ser el hombre más feliz del mundo y flipo en colores… ¡ese tio tiene que ser la hostia!

He pensado en muchas cosas en este viaje; tengo la cabeza mucho más ordenada que la furgo.

En definitiva, podría escribir durante horas sobre lo bueno que es todo, pero no quiero aburriros o meteros pájaros en la cabeza Así que voy a terminar con unas palabras de Antonio Machado. Volveré a escribir cuando llegue a casa.


Caminante, son tus huellas 
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino, 
sino estelas en la mar.
Antonio Machado.

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