jueves, 29 de abril de 2010









Pues quién lo iba a decir, mi extraña mente me ha conducido de vuelta a Liencres. No estaba en los planes volver para atrás, pero las circunstancias lo exigieron  (por decirlo de algún modo). Por una parte, había factores que me mantenían en San Vicente, como por ejemplo, un lugarcito con muy buenas olas, pero sin suficiente tamaño como para ser surfeado, la gente… Por otro lado, fuerzas mucho mayores pedían un traslado de La Poderosa de vuelta a Liencres. Empezaré por el principio:

El domingo era cuando el mar tenía que subir más de un metro, por lo que decían los partes. Sin embargo, en San  Vicente seguíamos teniendo babilla tablonera la cual, a pesar de ser divertida, ya empezaba a hacerse monótona. Por si no estaba bien el asunto, se rompió la quilla de mi tablón… bien… primer factor: olas pequeñas y yo sin tabón.

Sigamos: sólo quedaba esperar que el lunes creciera algo más y así poder surfear el sitico ese que me tenía preparado. Estuve echándole un vistacillo a la zona, que era preciosa: una lastra de rocas, plana, absolutamente plagada de erizos y con alguna que otra estrella de mar. Ese día me fui a la cama ardiendo en ganas de surfear en aquel sitio  tan diferente a lo que nos tiene acostumbrados este tramo de costa, que encima me recordaba a “la barra” o “el confi”… soñé despierto.









El lunes por la mañana, prontito, me llamó Iván, a ver cómo estaba eso. Me desperecé y miré por la empañada ventana de la poderosa: medio metro, o menos. Insuficiente en cualquier caso. En fin, si no puede ser no puede ser. Tomamos la mejor solución que venía a nuestras cabezas: ir a la playa de Los Locos.
¡Milagro natural! Metro pasado precioso y con poca gente… patos al agua! Fue un día muy bueno en el que hicimos dos baños, y realmente mereció la pena. Segundo factor: la certeza de que había olas, pero no en San Vicente.

Empecé a plantearme lugares a los que podía ir: podía ir a playa Vega o a cualquiera de esa zona, pero lo más probable sería que hubiera menos olas, ya que la dirección del swell estaba muy del oeste, y el cabo “peñes” o “peñas" (depende del mapa que mires) protegería todo eso más incluso que San Vicente. La mejor opción era volver a Los Locos o a Liencres, o pasar el cabo hacia Xagó o Verdicio y esa zona…

Ahora llega la fuerza mayor que movió todo: este lunes es el cumple de mi queridísima madre, lo cual significa coger un Bus hasta Donosti el viernes para estar con ella en esa señalada fecha. Y como supondréis, es mucho más barato desde Santander que desde Gijón o algún sitio lejano.

Conclusión: Mejores olas, y tener que ir a Santander han hecho a la Poderosa volver a Liencres, donde ha encontrado sol, buenas olas y buena gente. Lo único que no me gusta es que no es un sitio nuevo… y los sitios nuevos molan.

Besos a todos y mirad: algasygaviotas.blogspot.com (es el video de uno de los baños del ya relatado primer viaje de la Poderosa).

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