El cantábrico sigue castigando y yo, aqui, calentito en casa, enfrentandome a una cuestión que no he hecho más que aplazar una y otra vez: ¿y ahora qué? ¿me voy mañana, o que corra un poquito el mal tiempo a otro lado?
Pues no lo sé, hay una parte de mi que me pide que me quede. Creo que es esa misma que todas las mañanas me pide un ratito más en la cama. No sirve de mucho, es el lado cómodo; no sirve de nada. 5in embargo ahí está, y me gusta.
Por el otro lado, como molaría estar ahora en la furgo... si no hubiera mal tiempo, no habría buen tiempo, y quien no pilla malas olas, no aprecia las buenas. Y estar ahora en la furgo, haría que estar un día con buen tiempo, fuera... pues eso, mundaka con dos metros.
Pero siempre he sido un perezoso, así que seguiré aplazandolo hasta mañana al mediodía, y ahí ya veremos... que prisa no hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario